lunes, 18 de agosto de 2008

09/08/08 Dia 10: Praga

Nos levantamos temprano, una duchita y a por el desayuno, pero resultó que no había desayuno así que acabamos desayunando en una tienda de pollos. Pusimos rumbo a la parte alta de la ciudad, pasamos por el estadio del Sparta de Praga (poco más grande que Las Gaunas viejas) y nos preguntamos como podía jugarse Champions en el.

Llegamos a la catedral y los palacios, donde nos perdimos por una ladera de jardines (y creo que no es la primera vez...), estuvimos viendo el famoso cambio de guardia de los palacios checos hasta que nos dió la envidia por unas jarras de cerveza que se estaban tomando unos alemanes, asi que nos pedimos unas.

Tras acabar con la sed bajamos hacia el famoso puente de Praga pero nada más llegar nos encontramos con obras, todas las estatuas sucias y descuidadas y un montón de telarañas, toda una decepción, asi que nos fuimos a ver el reloj que al parecer es el único monumento que se mantiene cuidado en toda Praga.

Para comer decidimos ir a un sitio típico de allí a probar la comida del lugar, nos sirvieron ensalada de col, entremeses de por allí y pollo, todo acompañado de muchas especias.

Despues de comer Cordero se fué de compras y Andrés y yo a ver el aprtido de baloncesto de USA contra China, pero nos equivocamos de dia, el partido era al dia siguiente, asi que nos fuimos de compras a un centro comercial del lugar esperando encontrar buenos precios (tal y como recordabamos de nuestro anterior viaje a Praga), pero cual fué la sorpresa al comprobar que los precios no eran más bajos que los de España si no que en ocasiones llegaban a superarlos.

Absolutamente decepcionados nos volvimos al hostel donde nos esperaban nuestros nuevos compañeros de cuarto, una pareja de San Sebastian que habia venido en avión y a los que les habian perdido las maletas en el viaje, estuvimos de charla con ellos hasta que llegó la hora de salir.

Nos cambiamos y nos fuimos para el centro al garito de los cubatas a euro que habiamos visto el dia anterior, el problema fué que nos cobraron entrada y encima resulto que te cobraban la coca cola para el cubata, conclusión, casi los mismos precios de España, pero al menos la música era decente y no habia regeton (o como coño se escriba).

Nos volvimos al hostal con la mente puesta en el viaje a Budapest del dia siguiente y muy decepconados con Praga, conclusón si fuiste a un lugar y te gusto tanto como para idealizarlo en tu cabeza, no vuelvas.

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