viernes, 15 de agosto de 2008

07/08/08 Dia 8: Berlín-Berlín

8:00, el despertador inaugura el día. Toca hacer la primera y última colada prevista en todo el viaje (nos llevamos ropa de sobra, no es que seamos unos guarros). Así que nos duchamos a toda leche y metimos la ropa en la lavadora para bajar a desayunar tranquilos.

Lo divertido llegó cuando entró en acción la secadora. En un intento por tomar protagonismo, decidió que nos sobraban 2h y se tomó toooooodo el tiempo del mundo en hacer su trabajo. A la media hora decidimos mandar a uno de nosotros a la estación de Haupbanhof, en donde nos estaba esperando Mario.

Unos 45 minutos después, ya hartos, sacamos la ropa de la maldita máquina y salimos para la estación, para llegar solamente una hora tarde. Después de dejar las mochilas en consigna marchamos hacia la isla de los museos. Entramos en el Altes Museum, o museo de historia antigua, donde estaban expuestas las mejores piezas de la colección egipcia que estaba siendo reformada. Para abreviar solo diré que vimos la famosa efigie de Nefertiti...

Salimos del museo con la idea de ver el barrio okupa. Alguna que otra vuelta después acabamos en Alexanderplazt. Paramos a comer paramos en un centro comercial cerca de allí.

Al salir de allí nos encontramos con la "playa de Berlín". Es decir, un terraza de bar con arena fina de playa. Como comprenderéis, habiendo tumbonas, arena y cerveza... nos quedamos allí apalancados. Por esa causa Mario perdió algún que otro tren.

Como a las 6 de la tarde nos despedimos y fuimos a comprar algo de cena para el viaje que planeábamos hacer a Praga durante la noche.

Un rato después en la estación nos sorprendió la noticia de que no existía el tren nocturno a Praga que habíamos visto el día anterior. Después del referéndum se acordó pasar la noche en la estación (sin perros ni flautas e?? no sea que aparezca algún gracioso...)

Al poco de estar allí, Víctor se encontró con unas españolas, de Barcelona más concretamente, con las que pasamos toda la noche hablando, jugando a las cartas, y echando unas risas. Tuvimos suerte de encontrar a Mireya e Irene, porque la noche prometía ser un tostón. (Gracias por el Uno y por intentar jugar al póker. Ves como ibais a salir?? un besete).

La cosa es que se nos pasó la noche en un volao, y a las 6:45 nos despedimos de las chicas y nos montamos en un cutre-tren rumbo a Praga.

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